ElNudoDeNuestraSoledad
Los tiburones llegan a las cinco
Delirio sin apelación
viernes, octubre 31, 2008
Para comenzar…




Gabriel García Márquez, en su discurso de aceptación del Premio Nobel, en el año 1982, luego de hacer una breve exposición de la cruda situación latinoamericana, dijo:

Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. (…) Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.

Esas palabras encierran el tema principal del presente trabajo: la exposición de la realidad latinoamericana que hizo el colombiano Gabriel García Márquez durante el boom de los años 60’.

Es importante, antes que nada, aclarar brevemente qué es el boom literario y en qué influyó el contexto de turbulencia social, política y económica que se vivía en esa época en los países del continente.

El escenario mundial había estado siempre protagonizado por escritores del viejo mundo (principalmente sus países más desarrollados). En América, sin embargo, muchos intelectuales deseaban poder liberarse de esta dominación y elaborar teorías sociales, filosóficas y teológicas que representaran las circunstancias latinoamericanas.

Hasta mediados del Siglo XX la literatura latinoamericana era casi desconocida y muy poco apreciada en todo el mundo. Se la consideraba, más bien, un fenómeno cultural menor, regionalista y folclórico.

Aproximadamente en la década de los sesenta se produce una explosión literaria y editorial que se difunde primero en Europa (los grandes centros de cultura estaban allí, especialmente en París) y luego se extiende al resto del continente americano.

Algunos representantes del movimiento son: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Guillermo Cabrera Infante, Alejo Carpentier, Julio Cortázar, José Donoso, Carlos Fuentes, Miguel Angel Asturias, Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Juan Carlos Onetti, Juan Rulfo, Ernesto Sábato, Leopoldo Marechal, María Luisa Bombal, Agustín Yáñez, entre muchos otros.



La Realidad latinoamericana

A mitades del Siglo XX (a partir de los años sesenta, aproximadamente) la situación en que se hallaba Latinoamérica era confusa y demostraban una agitación social, política y económica sin precedentes.

La influencia de Europa sobre el continente se veía debilitada por la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos que, desde siempre había dominado todo el territorio tanto en el campo económico, como político, había perdido mucho de su prestigio debido, principalmente a la guerra en Vietnam, las protestas universitarias contra ella, y las anarquías callejeras por motivos raciales.

Este enflaquecimiento del poder estadounidense sobre el resto de los territorios americanos y el modelo de liberación que veían en la revolución cubana (iniciada con el levantamiento a la dictadura de Fulgencio Batista), llevó a que los intelectuales latinoamericanos buscaran liberarse de las oligarquías tradicionales mediante la expresión de nuevas formas de arte con características hasta entonces desconocidas.

Contrarios a las reglas rígidas que venían establecidas desde Europa por aquella época, comenzaron entonces a desarrollar tanto originalidad como creatividad y sus novelas obtuvieron el permiso para poder darse a conocer al resto del mundo.

Así, durante el boom de la década de 1960 América Latina vivió una época de gran creatividad, difusión de la literatura, música, poesía, pintura propias y, sobre todo, de un alto sentimiento de unión emotiva a la idea de identidad latinoamericana.

Se quería, entonces, construir modelos sociales y políticos que no beneficiaran sólo a unos pocos, sino a la mayoría de la población. Existía, también, un profundo deseo de encontrar la identidad común que, se suponía, compartían entre sí los pueblos de Latinoamérica.

En su Discurso La soledad de América Latina, Gabriel García Márquez diría:

América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental.

(…)

¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? (…) Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.

En su obra Cien años de soledad, el aplastamiento de los campesinos rebeldes durante la huelga de los bananeros es un ejemplo de la agitación social que existía por la dominación extranjera.

Etiquetas:

me late que...
3 Comments:
Blogger Profe Diana said...
Vamos bien, parece.
Faltan vínculos en los textos.
Saludos

Blogger Daiana said...
Hola Naty!!
Me encanto tu trabajo! Muy linda esa tecnica de aplicar las caracteristicas del realismo magico citando partes de cien años de soledad. Y la introduccion me atrapo. Continua asi.
Besos

Blogger Maria Sol said...
Hola hermanita!
"La inteligencia no se puede ocultar"
jaja te kiero.
Bueno que se puede arreglar a tu blog? Nada????
Si. Nada.

Ja muy bueno. De en serio.
Luego lo leeré con entusiasmo.
Ahora estoy liquidada. Vos sabes por que.

Besos nena. Nos vemos por ahí.

tkm.